lunes, 18 de marzo de 2019




TEMA 8. (RESUMEN) LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936 – 1939)


1. La sublevación militar.

El 17 de julio de 1936, la insurrección militar se inició en Melilla. Desde allí se extendió rápidamente al conjunto del protectorado de Marruecos.

El 18 y 19 de julio, el golpe se extendió a la península y los archipiélagos. Los sublevados triunfaron en las zonas rurales y fracasaron en las más industrializadas.

El golpe fracasó en Asturias, Cantabria y parte del País Vasco, Cataluña, Levante, Madrid, Castilla la Mancha, Murcia y la zona oriental de Andalucía.

Los golpistas triunfaron en Galicia, Castilla-León, Navarra, con el general Mola en Pamplona, Andalucía Occidental, con el general Queipo de Llano en Sevilla, Baleares, excepto Menorca, con el general Goded y Canarias, desde donde Franco, se desplazó a Marruecos el día 19 para ponerse al frente del ejército de África. También triunfó en enclaves aislados como Oviedo, con el general Aranda, Granada, donde tuvo lugar el asesinato de García Lorca, y Zaragoza con el general Cabanellas.

El fracaso parcial del golpe llevó a la división del territorio en dos zonas y al inicio de la guerra.

             2. La dimensión internacional del conflicto

Aunque en el exterior, promovido por las principales potencias, se creó Un Comité de No Intervención, El bando nacional recibió el apoyo exterior de Alemania e Italia, mientras que los republicanos obtuvieron la ayuda militar de la URSS y de las Brigadas Internacionales (más de 40.000 voluntarios de diversos países).

                    Las potencias fascistas ofrecieron una ayuda importante a los rebeldes dirigidos por Franco. Mussolini y Hitler no solo podían conseguir beneficios estratégicos, Italia continuaba su política de expansión mediterránea y Alemania podía obtener un aliado que amenazara la retaguardia francesa, sino que ayudaban a un aliado ideológico en su lucha contra los sistemas democráticos y las ideologías obreras. Portugal se unió desde un principio a esta ayuda a Franco.

                   La URSS, por otro lado, tuvo muy claro desde un principio su compromiso de ayuda a la República. No sólo se enfrentaba a la expansión del fascismo, sino que alejaba el centro del conflicto entre las potencias al otro confín de Europa, alejando el interés de Hitler de sus fronteras. La ayuda soviética comenzó a llegar a tiempo para la defensa de Madrid. Sin embargo, aunque fue importante fue más dispersa y de menor calidad que la que recibió Franco. 

             3. El desarrollo de la guerra civil.

En el bando nacional el poder quedó en manos de un grupo de generales que, siguiendo las  propuestas del general Mola, establecieron un estado autoritario y militarizado. Entre los generales golpitas eligen como líder de las operaciones al general Franco, que después de la muerte en accidente del general Mola, se convierte en el jefe absoluto del bando nacionalista.      
                                                                                                            
En el bando republicano gran parte del poder quedó en manos de comités obreros,   organizados por partidos y sindicatos que no estaban sometidos a ningún tipo de poder  centralizado.


La Batalla de Madrid

El objetivo de los golpistas, desde el principio, era tomar Madrid.  En noviembre de 1936  se inició la Batalla de Madrid. A  pesar de la superioridad militar de las fuerzas nacionales, la moral de la población madrileña aumentó con la llegada de refuerzos exteriores, las Brigadas Internacionales, cuerpo de voluntarios organizados esencialmente por los comunistas; tanques y aviones rusos, la columna del anarquista Durruti... llegaron para ayudar en la defensa de la capital.  

     Madrid fue sitiada y bombardeada por Franco, pero la fuerte resistencia de los republicanos y las derrotas sufridas por las tropas nacionalistas en las batallas del Jarama y Guadalajara en 1937, obligaron a Franco a abandonar la ofensiva.

                  La Campaña del Norte

De la primavera al otoño de 1937, las tropas nacionales conquistaron la zona norte    republicana. El País Vasco, Cantabria y Asturias cayeron en manos de Franco. Durante   esta fase tuvo lugar el célebre bombardeo de Guernica. La Legión Cóndor, grupo aéreo  alemán enviado por Hitler, bombardeó la ciudad y la arrasó. Los republicanos organizaron la ofensiva de Belchite en Aragón, pero fracasaron, y finalmente las tropas franquistas tomaron todo el norte del país.

                  De Teruel a la batalla del Ebro.

Las derrotas republicanas  en Teruel, en febrero de 1938 y en la Batalla del Ebro en noviembre del mismo año, con más de 100.000 muertos, precipitan el final de la guerra.

                  El final de la guerra. La ofensiva nacionalista contra Cataluña.

La conquista de Barcelona por las tropas franquistas en enero de 1939 provocó un enorme  éxodo de  población. Más de 500.000 personas huyeron a Francia, donde fueron internadas en campos de concentración.

Ante la inminente derrota, las divisiones internas en el bando republicano, donde el gobierno de  Juan Negrín, con el apoyo de los comunistas y parte de los socialistas, proponía la resistencia a ultranza, chocaba frontalmente con algunos sectores del ejército, provocando el golpe militar del coronel Casado, que  defendía la negociación de la derrota con los  nacionales. Franco exigió la rendición incondicional, y el 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid y el 1 de Abril de 1939 terminaba la guerra civil. Una larga dictadura vino a sustituir a la Segunda República.

      4. Las consecuencias de la guerra civil.

Consecuencias demográficas.

Se han dado cifras muy dispares al cuantificar las pérdidas humanas que causó el conflicto: los muertos en el frente y por la represión en la guerra y en las posguerra, el hambre, las epidemias; la reducción de la natalidad consiguiente...

Los cálculos más aceptados estiman entre quinientos y seiscientos mil muertos, el coste de la guerra y la posguerra. 

Otro elemento clave de las consecuencias demográficas fue el exilio republicano.
En conjunto, se calcula que hubo unos cuatrocientos cincuenta mil exiliados. Aunque algunos fueron retornando durante la dictadura, muchos no volvieron a España o esperaron a la muerte de Franco en 1975.

Consecuencias económicas.

La guerra fue una verdadera catástrofe económica.

La destrucción del tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta en los años cuarenta a una economía básicamente agraria.

Destrucción de viviendas, se calculan en unas doscientas cincuenta mil, comunicaciones, infraestructuras...

Aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro del Banco de España.

Consecuencias sociales.

El resultado de la guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y el triunfo de los grupos más conservadores y la Iglesia que apoyó al bando nacional. También trajo consigo el empobrecimiento cultural provocado por el exilio forzado de destacadas personalidades del mundo de la cultura y del arte.

                      Consecuencias morales.
La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones marcadas por el sufrimiento de la guerra y las consecuencias de la larga posguerra.